La Secretaría de Salud del estado de Querétaro exhorta a la población a no bajar la guardia y mantener las medidas preventivas para evitar infecciones respiratorias agudas, entre ellas, influenza.
La Infección Respiratoria Aguda (IRA) es un grupo de enfermedades causadas por virus y bacterias, comienzan de forma repentina y duran menos de 2 semanas. La mayoría de estas infecciones, como el resfriado común son leves, pero pueden complicarse con neumonía, otitis, sinusitis u otras enfermedades graves.
Es importante estar atentos con los niños y niñas menores de 5 años de edad, cuando presenten las siguientes manifestaciones, ya que al identificarlas, es necesario solicitar atención médica inmediata: aumento en la frecuencia respiratoria o respiración rápida; se le hunden las costillas al respirar; presenta ruidos extraños al respirar o “le silba el pecho”; no quiere comer o beber y vomita todo: fiebre, que no cede con la administración de medicamentos; irritabilidad; decaimiento y somnolencia; ataques o convulsiones.
En escolares, adolescentes y adultos, los síntomas son: dificultad para respirar, dolor en el pecho al respirar o toser, decaimiento o cansancio excesivo, fiebre mayor de 38.5 grados Celsius, durante más de dos días. En caso de presentar alguno de estos, se debe acudir a la unidad de salud para revisión médica.
En 2017, la incidencia anual de Infección Respiratoria Aguda en el estado de Querétaro, es una tasa de 25 mil 706.1 casos por 100 mil habitantes; a la semana epidemiológica 52 se registraron 530 mil 354 casos. El grupo de edad con mayor número de casos fue el de menores de 5 años. Los Municipios con mayor tasa de incidencia fueron: Arroyo Seco, San Joaquín y Tolimán.
Cabe mencionar que en 2017 hubo un decremento de 3.3 por ciento, con respecto a 2016.
Las medidas esenciales que se deben seguir para evitar IRA son:
Evitar el contacto con personas enfermas.
Si tiene alguna enfermedad respiratoria, utilizar tapabocas, mantener las manos limpias –con un correcto lavado de manos con agua y jabón-, y evitar asistir a lugares concurridos.
Si es un bebé menor de seis meses, suministrar leche materna en mayor cantidad.
Si el niño tiene seis meses o más, proporcionar alimentos recién preparados, de alto contenido nutricional y energético (frutas, verduras y carnes), y seguir dando leche materna.
Evitar contacto con fumadores.
Evitar cambios bruscos de temperatura; de lo contrario, protegerse del frío cubriendo nariz y boca.
Abrigarse adecuadamente y utilizando la técnica de capas.
En menores de edad o en personas con alguna discapacidad motora, se recomienda aplicar solución salina en fosas nasales, limpiando las secreciones, y posteriormente realizar el lavado de manos con agua y jabón.
Es indispensable que adultos y niños conozcan y apliquen la técnica de estornudo de etiqueta, utilizando un pañuelo desechable sobre nariz y boca al toser o estornudar, desecharlo y lavarse las manos. Si en ese momento no se cuenta con pañuelo desechable, se debe estornudar o toser en el ángulo interno del codo.
No suministrar medicamentos, antibióticos o jarabes para la tos, a menos que sean formulados por el médico. Lavarse las manos cuando se tenga contacto con secreciones o enfermos. Ventilar a diario la casa y habitación de los enfermos. Verifique que su esquema de vacunación (niños, niñas, escolares y adultos) esté completo para su edad.
La hidratación es la clave para controlar la enfermedad y evitar mayores complicaciones, por lo que se deben tomar abundantes líquidos. También se recomienda aumentar el consumo de alimentos ricos en vitamina A y C, como: naranja, guayaba, limón, limas, mandarinas, piña, jitomate, zanahoria, verduras y vegetales verdes.
Ante la presencia de cualquier signo o síntoma acudir al Centro de Salud para diagnóstico y tratamiento oportuno evitando complicaciones.