Lema 2018: “Nunca Demasiado Pronto, Nunca Demasiado Tarde ” para sensibilizar de que siempre es tiempo para sanar las vías respiratorias.
El asma se puede controlar con un tratamiento adecuado, lo que mejora la calidad de vida del paciente.
Con motivo del Día Mundial del Asma, que se conmemora cada primer martes de mayo, la Secretaría de Salud del estado de Querétaro da a conocer información sobre esta enfermedad.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) el asma es una enfermedad crónica que se caracteriza por ataques recurrentes de disnea(dificultad para respirar) y sibilancias, que varían en severidad y frecuencia de una persona a otra.
Los síntomas pueden presentarse varias veces al día o a la semana, y en algunas personas se agravan durante la actividad física o por la noche.
Durante un ataque de asma, el revestimiento de los bronquios se inflama, lo que provoca un estrechamiento de las vías respiratorias y una disminución del flujo de aire que entra y sale de los pulmones.
Hasta el momento, se desconocen las causas de esta enfermedad, no obstante, los factores de riesgo más importantes son:
Productos inhalados como alérgenos en espacios cerrados (ácaros del polvo presentes en ropa de cama, alfombras, muebles tapizados, contaminación y caspa de los animales domésticos).
Alérgenos en espacios exteriores (como pólenes y mohos).
Humo de tabaco.
Productos químicos irritantes.
Otros factores desencadenantes pueden ser el aire frío, una emoción extrema de enfado o miedo, y el ejercicio físico.
En algunas personas el asma puede sobrevenir en respuesta a algunos medicamentos, como la aspirina y otros antiinflamatorios no esteroideos, o los betabloqueantes (empleados contra la hipertensión, algunos problemas cardiacos o la migraña).
El asma se puede controlar con un tratamiento adecuado, lo que mejora la calidad de vida del paciente. Para aliviar los síntomas se utilizan medicamentos a corto plazo. Los pacientes con síntomas persistentes deben tomar diariamente medicamentos a largo plazo para controlar la inflamación subyacente y prevenir los síntomas y las exacerbaciones.
El tratamiento farmacológico no es la única forma de controlar el asma. También es importante que se eviten los factores desencadenantes.