A Vicente Fox Quesada no le hará tanta falta la pensión que el pasado 5 de noviembre le fue suspendida. Los ingresos del guanajuatense que sacó al PRI de Los Pinos son como un pastel en el que la gratificación del gobierno mexicano apenas significaba una tajada.
Entre 2007 y 2016, la Presidencia de la República le pagó a Fox una pensión que asciende a 129 millones de pesos, cantidad que representa 28 por ciento de sus ingresos. El resto de sus entradas, 328 millones de pesos (72 por ciento), provinieron de las fundaciones Centro Fox y Vamos México, las organizaciones de filantropía que fundó al lado de su esposa Marta Sahagún, y las cuales están afincadas en Guanajuato, su tierra, en el centro de su kilométrico rancho.
Si se suma su pensión y los ingresos de sus fundaciones, el expresidente Fox recibió 457 millones de pesos en una década. A ello habría que agregar los ingresos de sus empresas y otras entradas por servicios profesionales.
“De eso vivo”, dijo Fox en varias entrevistas radiofónicas sobre la gratificación que rebasaba los 205 mil pesos mensuales, lo que ganaba un funcionario público de primer nivel. Fox ironizó. En Twitter publicó un meme en el que aparecía afuera de una cantina, pulque en mano, al lado de los otros ex presidentes en las mismas circunstancias. Escribió varios argumentos en contra de la decisión. La más frecuente fue que así no se resolverían los problemas del país.