La Secretaría de Salud (SESA) del estado de Querétaro se adhiere a la conmemoración del Día Mundial de la Alergia cada 8 de julio con el propósito de concienciar a la población de la importancia de educar para la prevención de los padecimientos causados por las alergias, así como de la búsqueda de tratamientos para incrementar la calidad de vida de las personas que las padecen.
El Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) “Ismael Cosío Villegas” de la Secretaría de Salud Federal informa que de todas las alergias que se atienden de forma habitual en el instituto, 50 por ciento corresponde a asma; 25 por ciento, rinitis alérgica, y 25 por ciento por otras causas patológicas como urticaria y dermatitis.
La alergia es una reacción exagerada a sustancias, que se encuentran en el ambiente como pólenes, alimentos y caspa de animales, que se denominan alérgenos, los cuales pueden inflamar la nariz, los ojos, pulmones, piel o sistema gastrointestinal. La gravedad de las alergias varía; puede ser leve, en forma de irritación ocular o dérmica, o grave como la anafilaxia, que compromete la vida al afectar más de dos órganos.
Cabe señalar que la rinitis alérgica es una patología crónica con bajo riesgo de mortalidad; no obstante, con gran repercusión en el ámbito personal, ya que altera la vida de las y los pacientes en el ámbito físico y psicológico. El alérgeno más común es el polvo que se encuentra en peluches, alfombras, sillones, colchones y otros; está compuesto fundamentalmente por restos de animales, plantas y orgánicos.
Otros alérgenos que afectan a la población son pólenes de la familia del fresno, trueno, cedro, roble, olivo y pastos, que generalmente polinizan en temporada invernal; el moho y algunos alimentos como la proteína de leche de vaca y huevo. Entre la población adulta, los alérgenos frecuentes son los cacahuates, nueces de árbol, pescados y crustáceos. Entre la población infantil, los desencadenantes de alergia más frecuentes son la leche, el huevo, cacahuate, nuez de árbol, soya y trigo.
En cuanto a los fármacos desencadenantes de reacciones alérgicas, están la penicilina y los medicamentos para aliviar el dolor como la aspirina y el ibuprofeno, que en un estado grave pueden causar crisis asmática o choque anafiláctico.
Cuando el sistema inmune detecta estas sustancias, intenta neutralizarlas. Esta respuesta causa una serie de reacciones físicas; entre ellas, la secreción de químicos como las histaminas que provocan comezón en la nariz, obstrucción nasal y estornudos frecuentes.
Entre los síntomas oculares se encuentran la comezón, lagrimeo, ojos rojos y conjuntivitis; los pulmonares se identifican por tos seca, falta de aire, opresión torácica y sibilancias; y los dérmicos incluyen lesiones en la piel, ronchas y dermatitis.
Señalar que el origen de la alergia es multifactorial, por lo que sólo se controlan con inmunoterapia, es decir, terapia a base de vacunas. Esta herramienta disminuye el uso de fármacos para la enfermedad y atenúa los síntomas. Sin embargo, los pacientes deben continuar en tratamiento, ya que existe la probabilidad de una nueva sensibilización a algún alérgeno.
Es recomendable que la o el paciente, en la medida de lo posible evite el contacto con el alérgeno- La valoración médica es relevante para el tratamiento de cualquier tipo de alergia. Acudir al Cetro de Salud para más información.