El padre y la madre ingresan a la comisaría desesperados con el infante en brazos en busca de alguien que los ayude. De inmediato, un uniformado de la dependencia entra en acción y realiza al bebé la maniobra de Heimlich y con unas palmadas consigue liberar sus vías respiratorias.
Después de varios segundos de angustia, el pequeño arroja finalmente arroja el objeto que estaba en su garganta y es entregado de regreso a sus progenitores, a quienes los policías explicaron cómo aplicar los primeros auxilios en caso de emergencia.
Esto sucedió en una estación de Policía de Northbridge (Australia).